En un día normal y corriente solemos tomar cientos de decisiones, muchas incluso de manera inconsciente.
Desde el color de la camisa que nos vamos a poner, pasando por lo que vamos a comer o que respuesta dar a un comentario en Twitter.
Aunque pensemos que tenemos el «control absoluto» de estas decisiones, muchas veces no es así.
Aparte de influencias externas que nos puedan afectar en esta toma de decisiones diaria (marketing agresivo, apps y tecnología diseñada para que nos volvamos adictos, etc) nuestro propio cerebro nos puede «engañar» y hacernos escoger la opción no tan efectiva.
Es aquí donde aparece el término de «sesgo cognitivo«
¿Qué son los sesgos cognitivos?
El término sesgos cognitivos fue definido en 1972 por Daniel Khanemal y Amos Tversky, dos de los padres de la economía conductual.
Hacen referencia a la forma que tiene el cerebro de analizar en unos instantes la información que recibe y tomar una decisión de forma casi automática e instintiva.
La cuestión es que no siempre este análisis casi instantáneo se basa en un pensamiento racional y lógico, sino que nos llevan a tomar decisiones que quizás no son las más adecuadas.
Los sesgos cognitivos pueden y a menudo logran distorsionar la realidad.
Pueden lograr que no contemplemos las opiniones que no coinciden con la nuestra, que tengamos dificultades para ahorrar o empujarnos a dar más peso a acontecimientos recientes que no a los pasados.
¿Cuáles son los sesgos cognitivos más importantes?
A continuación menciono algunos de los sesgos más habituales en la toma de decisiones del día a día:
- El efecto arrastre: Cuando hacemos algo cuando las personas cercanas también lo hacen (validación social).
- El sesgo del presente: Es la inclinación del cerebro a pensar en el ahora, a buscar la recompensa inmediata frente a la gratificación futura (de ahí la dificultad para ahorrar por ejemplo)
- El sesgo de confirmación: Buscar y dar prioridad a aquella información que confirma nuestras creencias.
- El efecto del encuadre: Obtener conclusiones diferentes cuando la misma información es presentada de forma diferente.
- Falacia del coste hundido: Esto sucede cuando nos negamos a abandonar algo que nos aporta poco porque ya hemos invertido en ello.
- La maldición del conocimiento: Incapacidad de ver un problema desde la perspectiva de alguien con menos conocimiento.
- El prejuicio de la retrospectiva: Creer que se podría haber predicho un evento una vez ya ha sucedido.
- El efecto anclaje: Centrarse en exceso en la primera pieza de información que se recibe cuando se está tomando una decisión.
Estos no son todos los sesgos que existen, pero quizás si los más habituales.
Si quieres profundizar más en la teoría de los sesgos cognitivos y como nuestro cerebro toma decisiones, te recomiendo el libro del premio nobel de Economía, Daniel Kahneman: «Pensar Rápido, Pensar Despacio»
¿Tu qué opinas? ¿Crees que los sesgos cognitivos nos afectan diariamente en nuestra toma de decisiones? ¿Conoces algún otro sesgo interesante no mencionado en el artículo?
Como siempre tus comentarios y aportaciones, serán bienvenidos.
10 respuestas
Gracias por compartir. Muy bueno el resumen y muy pedagógico. Me servirá para mis sesiones de clase.
Gracias a ti Ricardo por seguir nuestros contenidos. Me alegra saber que te es útil 🙂
Creo que es un artículo interesante, Gracias
Gracias Fernando. Saludos!
muy buen artículo informativo. me ayudará a mejorar el contenido de mi proyecto, gracias!
Gracias Federico! 🙂
Interesante articulo, realmente te pone a pensar en las decisiones que uno toma y la razón de la misma!
Gracias Diego! 🙂
Muy buen artículo. Nunca había escuchado sobre los sesgos cognitivos pero definitivamente existen y afectan a la hora de tomar decisiones.
Me identifico con algunos de ellos y pienso que es importante tomar decisiones sin presión, luego de haber descansado y en ambientes propicios, donde uno pueda concentrarse en las diferentes opciones, validar con datos cuál sería la diferencia entre una y otra y así evitar un poco tomar decisiones marcadas por sesgos.
Gracias Martha por tu comentario. Saludos!