En los últimos años, el mundo de la gestión de proyectos ha evolucionado, o al menos eso dicen los titulares. Waterfall parecía ya “viejo”, Agile es lo que todas las empresas creen necesitar, y ahora el término “híbrido” está de moda como si fuera un nuevo descubrimiento revolucionario.
Pero cuando uno rasca un poco la superficie, la realidad suele ser muy distinta.
En en artículo de hoy quiero repasar las diferencias reales entre estos enfoques, y sobre todo por qué muchas ofertas de empleo mezclan conceptos de forma tan desconcertante. Además, compartiré una reflexión crítica: el enfoque híbrido no es ninguna novedad, aunque algunos intenten venderlo como si lo fuera.
1. Waterfall: claridad, secuencia y predictibilidad
El enfoque Waterfall (o en cascada) se basa en un proceso bastante lineal: requisitos → diseño → ejecución → pruebas → entrega.
Funciona especialmente bien cuando:
El alcance está claro y es estable.
Hay requisitos regulatorios complejos.
El riesgo de cambios tardíos es alto.
Ejemplos típicos: proyectos de infraestructura, ingeniería, implementación de ERPs tradicionales, proyectos con alta dependencia contractual.
Sus ventajas:
Altísima trazabilidad.
Planes robustos y con hitos claros.
Documentación exhaustiva.
Sus limitaciones:
Poco flexible ante cambios.
Impacto elevado si cambian requisitos en fases avanzadas.
Nota: Lo que hoy llamamos proyectos de «gestión tradicional» o quienes llaman (incorrectamente) metodología del PMBOK, no es especifícamente waterfall, podríamos definir «gestión tradicional» como un paraguas a todos aquellos enfoques que se aplicaban antes del auge agile, pero podrían contener todo tipo de prácticas, herramientas y enfoques, no únicamente «waterfall».
2. Agile: iteración, adaptabilidad y foco en el valor
Agile apareció como respuesta a los entornos de alta incertidumbre.
Scrum, Kanban, XP y otros marcan una forma de trabajar basada en:
Iteraciones cortas.
Retroalimentación continua.
Priorización por valor.
Equipos autogestionados.
Ideal cuando:
El producto evoluciona con las necesidades del usuario.
El feedback continuo es clave para no construir “por si acaso”.
Se trabaja en entornos digitales o innovación.
Sus ventajas:
Time-to-market rápido.
Capacidad de respuesta ante cambios.
Enfoque centrado en el usuario.
Sus limitaciones:
Puede fallar si el contexto organizativo no acompaña.
Requiere madurez en roles, cultura y expectativas.
La mala interpretación de Agile (rituales sin propósito) lo convierte muchas veces en un “teatro ágil”.
3. El famoso enfoque híbrido: ¿novedad o simplemente marketing?
En teoría, “híbrido” es la combinación inteligente de prácticas predictivas y ágiles.
En la práctica… los project managers llevan años haciéndolo sin llamarlo así. Antes se llamaba:
Adaptación metodológica
Sentido común aplicado a la gestión de proyectos
“Utiliza lo que sirve y descarta lo que no”
Sin embargo, ahora se etiqueta como “Hybrid Project Management”, se crean certificaciones específicas, y se vende como si fuera un modelo rompedor y nuevo.
La realidad:
👉 Los proyectos híbridos no son una moda: son el día a día.
Un proyecto con arquitectura técnica definida (predictivo) pero con desarrollo iterativo (ágil).
Un roadmap anual (predictivo) combinado con releases quincenales (ágil).
Un backlog dinámico junto a un plan de dependencias fijo.
No necesitamos una nueva etiqueta para algo que los PMs competentes ya venían haciendo desde siempre.
4. El gran desajuste en las ofertas de empleo
Uno de los síntomas más llamativos es cómo las empresas comunican lo que buscan.
✔ Se lee en el título:
“Buscamos Project Manager con experiencia en Agile”
Pero dentro de la oferta aparece:
“Elaboración del cronograma detallado (Gantt)”
“Gestión de alcance mediante EDT/WBS”
“Control de cambios mediante proceso formalizado”
“Uso de herramientas como MS Project”
“Reportes semanales tipo status report a PMO”
En algunos casos se menciona Scrum porque “está de moda”, pero al leer las responsabilidades es evidente que:
→ La empresa quiere un PM «tradicional» pero no quiere parecerlo.
→ O confunden Agile con trabajar rápido.
→ O simplemente quieren todo: predictivo + ágil + milagros.
Ejemplo ilustrativo:
“Buscamos Agile Project Manager. Requisitos: seguimiento de hitos, gestión de proveedores, control de desviaciones, plan de proyecto, cronogramas detallados, planificación anual cerrada, gobernanza por PMO, y además experiencia aplicando Scrum y Jira”.
Esto no es Agile.
Esto es un enfoque predictivo con herramientas ágiles incrustadas para aparentar modernidad.
5. Entonces… ¿qué debería entender hoy un buen Project Manager?
No existe un “enfoque correcto”, existe el enfoque adecuado al contexto.
Lo híbrido no es una certificación: es una capacidad profesional.
Las organizaciones necesitan coherencia metodológica más que etiquetas.
Un PM eficaz domina:
planificación, riesgos, alcance, gobernanza, etc (predictivo)
iteración, priorización, feedback, mindset ágil, etc (adaptativo)
6. Conclusión: menos etiquetas, más criterio
Waterfall, Agile e Híbrido son enfoques útiles, pero no soluciones mágicas.
El verdadero valor de un Project Manager está en saber adaptar el modelo a la realidad de cada proyecto, no en seguir modas.
Y si algo sobra en este mercado son etiquetas vendibles para cursos, certificaciones y currículums.
Agile no es una palabra de adorno.
Híbrido no es un concepto novedoso.
La gestión «tradicional» no está muerta
Lo que necesitamos no son más frameworks, sino más pensamiento crítico y menos postureo metodológico.


6 respuestas
Excelente artículo Alejandro, no puedo estar más de acuerdo !!!
Este año estoy cumpliendo 35 años de ejercicio laboral y he pasado por varias modas , jaajaja
saludos desde Chile.
Gracias Juan Antonio, me alegra ver que te ha gustado el contenido del artículo de hoy, saludos!
Muy buen artículo, gracias Alejandro.
Aunque sea off-topic… qué te parece la nueva certificación CPMAI del PMI? Crees que merece la pena? Quizás para estar bien posicionado como PM de cara al medio / largo plazo? O lo ves como algo inútil si ya eres PMP?
Gracias y un saludo,
Sergio.
Gracias Sergio! En relación a tu consulta, considero que la formación/certificación CPMAI es interesantes como complemento y para estar al día, pero no creo que sea algo relevante o que te posicione mejor o peor; por otro lado están apareciendo más formaciones/certificaciones en IA y habrá que ver a medio plazo cuál se posiciona como la mejor opción a nivel de reputación.
Saludos,
Alejandro, me parece un artículo muy interesante, coincido contigo, un PM con experiencia debe tener las habilidades para gestionar un proyecto y definir una estrategia que se adapte al cambio, la liberación de entregables por fases no es algo nuevo, sobre todo en programas de alcance internacional, multicultural y equipos multifuncionales
Gracias Juan Carlos por tu amable comentario y por seguir mis contenidos 🙂