

PROS: Si utilizamos correctamente los prompts nos proporcionará información contrastada y de valor. La información resultado es la más fiable y acertada en general.
CONTRAS: No está conectado a Internet, los datos de la última actualización son de Enero de 2022. Puede generar respuestas más limitadas.

PROS: Google Bard te permite ver varias respuestas a la misma pregunta / conversación. Está conectado a Internet por lo que puede responder a preguntas o mostrar datos más actualizados.
CONTRAS: A veces hay que revisar el resultado de los datos de las respuestas, ya que al extraer información de internet puede haber datos incorrectos.

PROS: Todavía está en desarrollo, pero tiene el potencial de ser una herramienta poderosa para los desarrolladores y los ingenieros de software. Es una buena opción para tareas de generación de código.
CONTRAS: Todavía está en desarrollo. El chat de Llama 2 es menos maduro que ChatGPT o Google Bard. Aunque preguntes en castellano hay algunas respuestas que las da en inglés.

En la era moderna de la inteligencia artificial, los diálogos con máquinas han dejado de ser un mero ejercicio técnico para convertirse en una ventana hacia un mundo de interacciones sorprendentemente humanas. Los avances en modelos de lenguaje como ChatGPT, Google Bard o LLaMa 2 han catapultado la conversación con máquinas a nuevas alturas, desdibujando los límites entre lo humano y lo artificial.
Estos modelos, fieles representantes del poder cognitivo de la IA, han democratizado el acceso a asistentes virtuales perspicaces, amigos digitales y fuentes inagotables de información. Desde resolver consultas cotidianas hasta brindar compañía en solitarias noches, estas IA han ganado un lugar en nuestras vidas.
Sin embargo, en medio de su encanto, yace una preocupación significativa: el sesgo inherente a sus respuestas. Estos modelos aprenden de vastos conjuntos de datos, reflejos de la diversidad y a menudo, de los sesgos humanos. El peligro de perpetuar estereotipos o prejuicios se cierne como una sombra sobre la imparcialidad de sus respuestas.
Es esencial reconocer que, si bien estas IA son prodigiosas en su capacidad para simular la conversación humana, no comprenden el contexto o las implicaciones éticas detrás de sus respuestas. Su «conocimiento» proviene de datos, y como tal, reflejan las inclinaciones y limitaciones de esos datos.
Tampoco podemos olvidar el reto de la seguridad. Las IA pueden ser utilizadas para difundir información falsa o engañosa, o para manipular a los usuarios. Por ello, es importante que sean desarrollados y utilizados de forma ética y responsable.
El camino hacia IA conversacionales éticas y equitativas requiere una evaluación constante, corrección de sesgos y un compromiso continuo con la diversidad en los datos. Es crucial que no solo aspiremos a la sofisticación técnica de estas IA, sino que también aboguemos por su responsabilidad ética y su capacidad para adaptarse a un mundo diverso y en constante cambio.
